domingo, 22 de marzo de 2015

CLASE PRACTICA PRIMEROS AUXILIOS


  • SINTOMAS: 

Incapacidad para llorar o hacer mucho ruido
Tos débil e improductiva
Sonidos suaves o chillones al inhalar
Dificultad para respirar: las costillas y el pecho se retractan
Color azuloso de la piel
Pérdida del conocimiento si la obstrucción no se alivia

SI EL BEBE TOSE ENERGICAMENTE

- Mantener la sangre fría. 

- Dejarle toser para que trate de resolver por sí mismo el atragantamiento. 

- No intentar extraer el objeto con los dedos a menos que se esté muy seguro de poder hacerlo fácilmente, ya que se corre el riesgo de empujarlo más adentro sin querer. 

- Pedir que preparen un traslado urgente al hospital por si fuera necesario. 

- Si el atragantamiento no se resuelve en pocos minutos o la tos se empieza a debilitar, llevarle al hospital rápidamente, pero procurando evitar cualquier movimiento brusco que pudiera empeorar las cosas. 


SI EL BEBE NO PUEDE RESPIRAR O LE CUESTA MUCHO

- Pedir ayuda para trasladarle al hospital más cercano

- Inclinar al niño cabeza abajo en un ángulo de unos 45º, apoyado en el antebrazo y sujetándolo bien por la barbilla, de modo que su cabeza quede más baja que el tronco pero no flexionada, y en esta posición, darle cinco golpes entre la paletillas de la espalda con la parte de la mano más cercana a la muñeca. 

- Si con esto no expulsa lo que le ha atragantado, darle la vuelta para que quede con igual inclinación, pero boca arriba y con la cabeza ladeada, y apretarle cinco veces en el centro del pecho, un dedo por debajo del nivel de los pezones, con los dedos medio y anular. Lo que se pretende con cada empujón es que el aire ascienda por la tráquea y despeje las vías respiratorias. 

- Si persiste la obstrucción, abrirle la boca poniendo el pulgar de una mano sobre su lengua y los otros dedos bajo la mandíbula para tratar de ver y sacar lo que le asfixia usando un dedo como gancho. Ahora bien, no se debe intentar extraer nada que esté tan profundo que el dedo no pueda pasar por debajo. 

- Si no es posible sacarlo, intentar la respiración artificial. 

- Repetir los golpes en la espalda y las compresiones en el pecho. 
Asfixia por atragantamiento


viernes, 6 de marzo de 2015

RECOMENDACIONES QUE NO DEBES OLVIDAR

  • Antes de acudir a la piscina con tu bebé deberás consultar con el pediatra.
  • No dejes nunca a tu bebé solo cerca del agua. Aunque los programas de natación para bebés pueden enseñarle a moverse en ella, tu bebé es demasiado pequeño para ser consciente del peligro que ello tiene.
  • El personal que impartirá las clases estará cualificado de forma específica para trabajar con niños.
  • Elige un horario en el que el niño normalmente no tenga que dormir o comer.
  • Nunca le des de comer minutos antes de la sesión de natación.
  • Después del baño hay que secar al niño inmediatamente.
  • Una vez que el niño esté vestido, debemos abandonar inmediatamente el pabellón de la piscina. Con el aire caliente el niño se pondría a sudar en seguida, lo que significa resfriado seguro al salir a la calle.
  • Un niño enfermo no debe bajo ningún concepto bañarse. Tan pronto como advirtamos los primeros síntomas de alguna indisposición, dejaremos de llevarle a la piscina y no reanudaremos las clases hasta que el niño vuelva a estar perfectamente restablecido.
  • Lleva todo lo necesario para cambiar de pañal al niño.
  • Nunca hagas comparaciones entre tu bebé y otros. Esto provoca una actitud que puede perjudicar el desarrollo del niño.
  • No establezcas un determinado periodo de tiempo para lograr objetivos, cada niño aprenderá a su ritmo. Por lo tanto has de respetar el ritmo de desarrollo del bebé y nunca forzarle.
  • Ten presente que los aledaños del vaso están casi siempre mojados y puedes resbalar, especialmente cuando tienes al pequeño en tus brazos. Camina con mucho cuidado y utiliza zapatillas cuya suela no resbale.
  • Personalmente desaconsejo las escuelas, piscinas o entidades cuyos programas acuáticos para bebés promueven dicha actividad únicamente como una manera de lograr respuestas de supervivencia en lugar de considerarla como un aspecto más de la educación física, psíquica y afectiva.
  • Evita piscinas de dudoso control higiénico y sanitario porque son causa de serias infecciones y enfermedades. Si tienes que hacer una reclamación formal para subsanar una deficiencia, no lo dudes, le beneficia a tu hijo, a ti y a todos los usuarios en general.